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LA VIDA ES SUEÑO

Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte, ¡desdicha fuerte!
¿Que hay quien intente reinar,
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte?
Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.
Yo sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.

(Este es el soliloquio más famoso del drama español; “La vida es sueño” de Pedro Calderón de la Barca (1600-1681) ocurre al final del primer acto, cuando Segismundo piensa en la vida y en su suerte.)
Tal como estamos actualmente nuestra nivel de conciencia es que estamos dormidos Una de las cosas más importantes que hay que entender del hombre es que el hombre está dormido. Eso ha sido dicho desde hace miles de años… Aun cuando creas que está despierto, no lo estás. Tu estado de vigilia es muy frágil; es tan insignificante que carece por completo de importancia. Tu vigilia es sólo un estado de imaginación, en realidad no pasa de ser una palabra.

EL HOMBRE ESTA DORMIDO

EL DESPERTAR DE LA CONCIENCIA

La vigilia es el camino de la vida.
El tonto duerme como si ya estuviera muerto,
Pero el maestro está despierto y vive eternamente.
Está vigilante. Tiene claridad.
¡Qué feliz es! Porque ve que estar despierto es vivir.
Qué feliz es siguiendo el camino de los despiertos.
Con gran perseverancia medita, buscando la libertad y la felicidad.
GAUTAMA BUDA, Dhammapada

Cuanta verdad en este hermoso monólogo, El amado Osho nos lo recuerda cuando dice:

Duermes de noche, duermes de día… desde el nacimiento hasta la muerte, varían los sueño; pero nunca llega a despertar de verdad. Sólo porque hayas abierto los ojos, no te engañes a ti mismo pensando que estás despierto. A menos que abras tus ojos interiores, a menos que tu interior se llene de luz, a menos que puedas verte a ti mismo, ver quién eres… no creas que estás despierto. Esa es la mayor ilusión en la que vive el hombre. Y si uno se convence de que está verdaderamente despierto, entonces ya no tiene sentido hacer ningún esfuerzo por despertar.

Lo primero que debes saber es que estás dormido, en un sueño profundo. Estás soñando, un día tras otro. A veces sueñas con los ojos abiertos y otras con los ojos cerrados, pero estás soñando… tú mismo eres un sueño. La vida misma es un sueño.

Por eso todos los despiertos han insistido en una única cosa: ¡Despierta! Continuamente, a lo largo de los siglos, todas sus enseñanzas se pueden resumir en una sola frase: debes despertar.
¡Despierta!…

Pero el sueño es tan profundo que a menos que sufras un choque que te sacuda de dramáticamente, no despertarás. Aquí el sufrimiento juega un papel muy importante. Y es que cuando uno tiene un sueño plácido quiere seguir durmiendo, pero cuando uno tiene una pesadilla lo que mas quiere es despertar, del mismo modo, cuando tu vida se vuelve insoportable por el sufrimiento querrás despertar.
Y una vez en el camino, una vez iniciado el viaje a la otra orilla necesitarás un gran esfuerzo para mantenerse alerta, atento, vigilante.

Repitiendo pues Si hay una cuestión en la que están de acuerdo todos los despiertos del mundo, es esta: Que el hombre, tal como es, está dormido y debería despertar. El despertar es el objetivo y el despertar es la esencia de todas sus enseñanzas. Zaratustra, Lao Tzu, Jesús, Buda, Rama, Kabir, Nanak…Mahavira, Patanjali, Gurdjieff, Maharshi, Sri Anirvan. Todos ellos han enseñado una única lección. En diferentes idiomas, con diferentes metáforas, pero su enseñanza es la misma. Pero si sigues crees o imaginas que ya estás despierto, no harás ningún esfuerzo. Te parecerá que no tiene sentido hacer esfuerzo alguno. ¿Para qué molestarse?
Con palabras iguales, parecidas o diferentes ellos señalan que hay 4 NIVELES de conciencia básicos:
CONCIENCIA DEL SUEÑO: Cuando estás en el lecho.
CONCIENCIA CREPUSCULAR: cuando recién despiertas (estas en estado alfa)
CONCIENCIA DE VIGILIA: El estado común en el que te encuentras ahora y al que le llamamos despierto cuando en realidad es un estado de sueño.
CONCIENCIA DESPIERTA (O SUPRACONSCIENCIA): Es el verdadero despertar cuando te ves a ti mismo tal cual eres y cuando ves al mundo tal cual es.
Solo despertando es que un hombre o una mujer pueden conocer lo que implica este estado.
A nivel colectivo la humanidad no haría las atrocidades que hace si estuviera despierta: Crímenes, genocidios, destrucción del planeta, guerras, etc.
A nivel individual estar despierto significa que ya no estás más perdido en el pensamiento.
Cuando despiertas el pensamiento deja de ser una actividad autónoma de la mente y su sombra (el ego) con su vocecita, sus ruidos y su charla que no detienen. Y que se adueñan de la vida del ser humano llenándola de sufrimiento inútil.
Cuando despiertas la consciencia toma el mando por encima del pensamiento.
Eres consciente, pero no piensas, en todo caso si piensas, piensas lo que tu determinas y no cualquier barbaridad asociativa sin control que se sucede de manera compulsiva e interminable que llamamos “pensar”.
La consciencia es la conexión consciente con la Inteligencia Universal.
Atención es la palabra para el Buda, YO para Sri Ramana Maharshi, Atención consciente para Atisha, Recuerdo de Sí en el lenguaje del señor Gurdjieff y de los Sufies. Y entre los modernos Meditación la llamaría Osho, Eckhart Tolle la llamaría presencia.
¿Cuál es la relación entre la consciencia y el pensamiento?
La consciencia es el espacio en el cual ocurren los pensamientos cuando ese espacio se ha vuelto consciente de sí mismo. La conciencia es como la pizarra en blanco y los pensamientos son como lo que escribes en la pizarra. O si quieres la consciencia es como el cielo azul, infinito, y los pensamientos son las nubes que lo cubren.
Estar consciente es “DARME CUENTA QUE ME DOY CUENTA”. Ya no me doy cuenta de tal o cual pensamiento, emoción o sensación, ni nada de eso es simplemente darme cuenta de que me estoy dando cuenta. Es ser testigo del testigo.
El propósito Interno o Dharma de la humanidad es el despertar.
Este también es tu propósito interno: DESPERTAR. A nivel externo cada quien tiene sus propias metas y objetivos. Pero internamente solo hay uno: DESPERTAR.
Para mí, el propósito paralelo al despertar, es el desarrollo de su flor dorada la compasión.
Para la vida en la vida el vivir alineado con el propósito interior es el fundamento para lograr el propósito externo o meta.

Disfruta el siguiente vídeo…

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